Con los caprichos de la Madre Naturaleza, las crecientes sequías y las necesidades específicas de las plantas de hortalizas y jardines, el riego puede convertirse rápidamente en un verdadero dolor de cabeza. Afortunadamente, la olla ofrece una solución práctica, económica, ecológica y estética para regar correctamente y sin preocupaciones los suelos cultivados.
Una olla, también conocida como oya, significa una olla en español. La olla está hecha de arcilla de baja cocción y tiene forma de jarra. La instalación de la olla es un juego de niños. Se entierra en la tierra para impregnar de agua las plantas cerca de las cuales se coloca. El borde superior de la jarra, que sobresale del suelo, tiene una abertura que permite reponer el depósito con agua fresca no calcárea. Esta abertura se cierra con una tapa o tapón para evitar que se introduzcan insectos, tierra o restos de jardín una vez que se llene el recipiente. Este antiguo método de riego subterráneo, utilizado desde la antigua Grecia, es ideal para huertos y jardines.
Riego por porosidad
El principio de ecorriego de la olla es igual de sencillo e ingenioso: se basa en el riego autónomo del suelo cultivado. La olla está hecha de arcilla y, por tanto, tiene paredes porosas. Esta porosidad se utiliza para liberar gradualmente el agua, que luego es absorbida directamente por las raíces de las plantas para una humectación específica y eficaz. Existen diferentes modelos de ollas en el mercado, para plantar o enterrar, según el tipo de cultivo que se prefiera. Hay ollas para huertos, flores y arbustos, cítricos y jardineras de balcón. Incluso hay ollas en miniatura que se adaptan a las macetas.
Las 3 ventajas de las ollas
La olla es un dispositivo ventajoso en muchos sentidos. Sin embargo, es una técnica que sigue siendo muy desconocida hoy en día, aunque poco a poco empieza a llamar la atención de los jardineros de todo el mundo. El calentamiento global y los problemas medioambientales han contribuido sin duda a su desarrollo. Descubre sus múltiples ventajas.
Práctico
- Un sistema de riego especialmente fácil de instalar y utilizar y de gran durabilidad;
- Se adapta a las condiciones climáticas de su entorno y a todo tipo de cultivos;
- Asegura un riego eficaz y específico;
- En caso de ausencia prolongada, el huerto nunca se abandona a su suerte; las hortalizas siguen recibiendo el agua que necesitan;
- Las raíces de las plantas sólo toman la cantidad de agua que necesitan para sobrevivir, ni demasiada (ahogarse) ni demasiado poca (secarse). Por tanto, su crecimiento es armonioso porque evitan el choque de agua;
- Combinada con el acolchado, la olla permite una humidificación equilibrada del suelo (el agua se difunde en profundidad, sin empapar la superficie), lo que limita las consecuencias perjudiciales debidas a la presencia de malas hierbas;
- La salud de las plantas mejora. Las plantas son más vigorosas y resistentes a las diversas enfermedades causadas por las gotas de agua en el follaje (por ejemplo, los tomates);
- También se intensifican las cualidades nutricionales y gustativas de las plantas.
Económico
- El tiempo y la energía que se gastan en el riego se reducen a un mínimo estricto; el tiempo de llenado (aproximadamente una vez a la semana)
- La olla es más rápida que el riego convencional;
- La olla no requiere mantenimiento;
- Como se ha visto, al estar la tierra bien humedecida, las malas hierbas germinan menos, lo que significa que el trabajo de desbroce se acorta.
- Si se necesitan abonos y fertilizantes para las plantas, la eficacia y la durabilidad de los productos utilizados son sin duda mejores cuando se integran en el agua de una olla.
Ecológico
- Como los recursos hídricos de la Tierra no son inagotables, esta técnica de riego en jarra es una buena solución para preservarlos. Es una de las buenas acciones que tienen un impacto positivo en el medio ambiente;
- Este dispositivo permite un ahorro de agua de entre el 50 y el 75%. Como las raíces de las plantas crecen alrededor de los frascos, sólo toman la humedad necesaria para su crecimiento. Además, sólo la planta objetivo se beneficia del riego. Este riego selectivo reduce considerablemente o incluso evita el desperdicio de agua, ya que la planta recupera casi el 100% del agua.